sábado, 16 de abril de 2011

La segunda Ley de la Termodinámica en el mundo cotidiano

¿Se ha preguntado alguna vez por qué todo funciona de la manera en que percibimos las cosas?, ¿Por qué todo tiende al desorden, y no al orden?, ¿Por qué lo frio se calienta? Y ¿Por qué lo caliente se enfría? En este escrito presentaré los principios de la segunda ley de la termodinámica, no aplicado sobre la misma termodinámica, ni sobre máquinas de vapor, sino a nuestro mundo cotidiano y el universo.




La segunda ley de la termodinámica está en todo nuestro entorno, en todo lo que observamos, y en todo lo que sabemos acerca del universo. Estamos tan acostumbrados a ver a nuestro medio, que éste se vuelve cotidiano y dejamos de comprender, o siquiera pensar en por qué éste funciona de esta manera.




La segunda ley de la termodinámica apoya todo su contenido en la existencia de un principio físico llamado “entropía”. En términos aplicados al propósito de éste escrito, la entropía es la medida del desorden y del cambio continuo y creciente de todo lo que existe. En nuestro mundo macroscópico, la entropía en cualquier sistema, y en el mismo universo, es siempre creciente, es muy poco probable que sea igual a cero (o constante), y es imposible que sea menor a cero (decreciente o irreversible).



Imagine estas situaciones: Calentar una taza con café, dejarla sobre una mesa, y a los 15 minutos la taza está más caliente. Un árbol encogiéndose en vez de crecer. Una casa quemándose, y al final, ésta luce como nueva. Como se ha dado cuenta, estas situaciones son imposibles e ilógicas, y son así por el simple hecho de que violan la segunda ley de la termodinámica, ya que del desorden, regresan al orden, existiendo un decremento en la entropía, haciendo así una situación imposible.




De esta misma manera, imagine a cocina siendo limpiada, y que al fin de un año, ésta siga en el mismo estado de limpieza que cuando se terminó de limpiar, esto es muy poco probable, y es un proceso con entropía constante.



Ahora, si una casa es abandonada, esperamos que ésta se deteriore y con el paso del tiempo, se derrumbe, o, si calentamos algo, esperamos que se enfríe. Estos procesos cumplen la segunda ley de la termodinámica, porque su entropía es creciente, ya que tienden a ir a una situación más caótica que en la que se encontraban en un principio.



La segunda ley también está relacionada con la continuidad del tiempo, ya que ambos son siempre crecientes e irreversibles. Así como no podemos regresar el tiempo, ni volver a una situación pasada, así también no podemos realizar un proceso con entropía decreciente.



Si usted limpia su recamara ¿Cómo espera que esté después de 1 mes?, Igual, más limpia o sucia…Ahora usted lo sabe, y si lo sabía, ahora usted lo comprende.



Hasta mi próximo escrito, o si la entropía del universo decrece, ¡hasta mi escrito pasado!